Habéis sido muchos los que nos habéis escrito por privado para mejorar nuestra anterior publicación y por ello, vamos a explicar más ‘seriamente’ el por qué se cristaliza la miel.
La miel, como ya hemos dicho, no siempre llega a nuestras casas en el estado líquido que todos tenemos idealizado sino que se puede solidificar. Es muy común ver anuncios donde alguien introduce una cuchara en un tarro de miel y ésta gotea brillante, pero a veces no tiene nada que ver con la realidad.
¿Y qué pasa? ¿Tengo que tirar la miel? ¿Ya no es tan buena como la líquida? Vamos a intentar responder estas preguntas!
Atentos que empezamos!
En función de la floración que tengan las abejas alrededor del colmenar tendremos una miel más clara o más oscura, y no solo eso, sino que esto va a influir directamente en la rapidez con la que se cristalizará.
La miel cristalizada no es más ni menos que un producto que ha seguido un proceso totalmente natural y puro debido a la presencia de glucosa y fructosa en su composición. La glucosa es una forma de azúcar que se encuentra libre en la miel y frutas. No tiene nada que ver con el que nos encontramos en supermercados, el cual ha sido refinado.
Podemos afirmar que la miel es una solución supersaturada en la que hay mucha más glucosa que agua, y como es lógico… a menos agua, más rapidez para cristalizar. Este porcentaje de agua, nunca puede ser superior al 20% porque entonces existiría el riesgo de que fermente (dato siempre controlado por los apicultores). Por lo tanto, el coeficiente que resulta de dividir el % de glucosa y el % de agua, es proporcional a la tendencia a la cristalización.
Entonces… ¿Tengo que tirar la miel? NO, claramente no! Es un indicativo de que tu miel es pura y natural. Pero… ¿Pierde propiedades si se cristaliza? NO, es un proceso a través del cual no se pierde ninguna propiedad.
Os adjuntamos una foto de una miel líquida y otra que está comenzando el proceso de cristalización. Son de colmenares distintos para que podáis observar la diferencia.